Crear y mantener la confianza en equipos que trabajan a distancia representa uno de los mayores desafíos para las organizaciones modernas. A diferencia del trabajo presencial, donde las interacciones diarias y las señales no verbales facilitan el entendimiento mutuo, el entorno remoto requiere estrategias y prácticas deliberadas para consolidar la credibilidad, seguridad y cohesión entre los miembros del equipo. Este proceso, aunque desafiante, es fundamental para lograr la colaboración efectiva, la transparencia y un sentido compartido de propósito, lo que en última instancia determina el éxito del trabajo remoto.